Cómo en muchos aspectos de la vida, lo realizado o
sucedido el día anterior, ya no cuenta, es historia. Hace tan sólo poco más de un mes que Los San
Antonio Spurs conseguían proclamarse Campeones de la NBA, barriendo de la
cancha a Miami Heat, pero parece que haya pasado ya un mundo. El tiempo en la
NBA corre a un ritmo vertiginoso y eso ya es cosa del pasado.
En este mes (no habrá competición hasta el mes de
Noviembre) hemos vivido ya la sorprendente vuelta de LeBron a Cleveland, el
ilusionante viaje de Pau Gasol a los Chicago Bulls o la renovación de Carmelo Anthony
por los New York Knicks. Nos encontramos de lleno en una vorágine de
contrataciones, rumores, en la cual todas las franquicias buscan reforzar sus
plantillas de cara a la nueva temporada.
Quizás la más llamativa hasta ahora esté siendo
Cleveland, con el citado regreso de LeBron, las contrataciones de los tiradores
Mike Miller o Mike James o el posible interés por el ala pívot de Minnesota,
Kevin Love, pero la que considero hasta ahora que está haciendo muy bien su
trabajo, sin levantar demasiada polvareda está siendo la franquicia de los
Wizards.
Si bien el curso anterior, ya se pudo ver el buen
trabajo realizado en el equipo de la Capital Estadounidense, llegando los de
Washington a Semifinales de la Conferencia Este y dejando una grata impresión, todo
parece indicar que este año las expectativas serán aún mayores.
La plantilla, sobre el papel, es una de las más
compensadas de la NBA, juntando una mezcla de jugadores jóvenes con otros
veteranos de gran nivel. Los dirigentes de los Wizards han ido a reforzar dos
de los puntos más débiles la pasada campaña: jugadores exteriores que ayuden en
anotación a John Wall y Bradley Beal y jugadores de banquillo que aporten en el rebote y trabajo en la pintura.
Para reforzar el tiro exterior, los Wizards han
conseguido nada más y nada menos que a un jugador de la calidad y la clase del
veterano de 36 años Paul Pierce. Con la llegada de Pierce, se han hecho con los
servicios de un jugador anotador, líder dentro y fuera de la cancha. Lógico que
el presidente Ernie Grunfeld mostrara su alegría en un breve comunicado tras su
contratación: “Estamos muy contentos de dar la bienvenida a Paul y sumar su
experiencia de campeonato e historia de jugador clave a nuestro equipo”.
El fichaje de Pierce es sin duda, una jugada maestra.
Llama la atención que otro equipo de los que intenta el asalto al anillo, no
haya ido a por él. Su llegada debe servir para que los jóvenes Wall y Beal
sigan madurando en la NBA.
Para el trabajo en la pintura los refuerzos no han
sido tan llamativos, pero encajan perfectamente en lo que carecían los Wizards.
La llegada de DeJuan Blair, Kris Humphries y Melvin Ely unido a la renovación
de Drew Gooden, deben aportar rebote y lucha cerca del aro. Sumarán a los
minutos de calidad que ya suelen aportar el brasileño Nené Hilario y el polaco
Marcin Gortat, partiendo en el quinteto inicial.
A todos estos jugadores hay que incluir en el roster
del equipo a jugadores con ya una dilatada carrera en la Liga y de gran calidad
como el base André Miller y el alero Martell Webster, que redondean una de las
plantillas de más nivel de la Conferencia Este.
Por último hay otro factor a tener en cuenta. La
única salida importante hasta el momento ha sido la del alero de origen
dominicano Trevor Ariza, rumbo a Houston.
Con todo esto, los de Washington tienen un equipo
muy competitivo y al que será muy difícil batir. Sin lugar a dudas los Wizards
buscan el camino al éxito.