El pasado jueves se terminó el plazo de fichajes en la NBA sin que se hayan producido los movimientos esperados en jugadores de primer nivel. Pau Gasol se ha quedado en Lakers y Dwight Howard en Orlando, sin embargo en los minutos finales antes de que acabara el plazo, el pívot Greg Oden fue cortado por Portland Trail Blazers. Una noticia que me ha llamado la atención, porque ha pasado bastante desapercibida por la prensa en general. No hay que olvidar que Oden, elegido en el Nº 1 del Draft del 2007, estaba llamado a ser el sucesor de Shaquille O´Neal cómo pívot más dominante de la NBA durante la próxima década, pero que por culpa de las lesiones no lo ha podido confirmar.
Para una franquicia, una buena o mala elección de una primera ronda del Draft marca el futuro del equipo para los próximos años, porque un acierto hace que puedas construir un proyecto ganador y un error hipotecar al equipo durante años. En Portland Trail Blazers lo saben muy bien, porque lo han vivido en sus propias carnes con dos historias muy similares.
En el Draft del año 1984 se produjo uno de los mayores errores de la historia de la NBA. Houston eligió a Hakeem Olajuwon como nº 1 (una buena elección teniendo en cuenta que Rockets lograron 2 anillos en los años de 1994 y 1995). Posteriormente, le tocó elegir a Portland en el nº 2 y cuando parecía que iba a elegir a Michael Jordan, decidió hacerse con los servicios de Sam Bowie, un pívot de 2,16M que no pudo despuntar debido a las lesiones que sufrió en los cuatro años que estuvo en los Blazers. Portland buscaba hacer un proyecto con Bowie dominando en la pintura y Clyde Drexler haciéndolo desde el perímetro, que finalmente no se produjo. Posteriormente Chicago escogió en el nº 3 a Jordan y el resto de la historia todos la conocemos…
Veintitrés años más tarde la historia se repite. A Portland le toca elegir en el puesto nº 1 del Draft del 2007, en el que dos jugadores destacan por encima de todos: el pívot Greg Oden y el escolta Kevin Durant. Cómo Blazers ya tenía cubierta la posición de escolta con Brandon Roy (que esta misma temporada se ha tenido que retirar por problemas en sus rodillas), decide contratar a Greg Oden para intentar construir un proyecto con estos dos jóvenes jugadores que estaban llamados a dominar la competición y hacer de Portland un equipo ganador.
Desde un principio se comprobó que la elección había sido un error. Oden se lesionó en la pretemporada y no jugó ni un partido en su primera temporada, mientras Kevin Durant se convierte en el Rookie del Año ese mismo año y a día de hoy es el máximo favorito para llevarse el MVP de la temporada regular.
En la segunda temporada el pívot de Blazers, disputó 61 partidos en los que sus números no fueron llamativos y en la tercera participó en 21, antes de volver a caer lesionado.
Oden un jugador de 2,13 M de altura y 113 Kg ha disputado tan sólo 82 partidos en las cuatro temporadas que lleva en la Liga en los que ha promediado 9,4 puntos, 7,3 rebotes y 1,4 tapones. Un jugador con un cuerpo espectacular y un gran poderío muscular, no ha podido demostrar su potencial por sus problemas de rodillas que son de auténtico cristal.
Los problemas físicos, unidos a que Oden tampoco ha sido fuerte mentalmente (se le acusaba de ser como un niño), han agotado la paciencia de los Blazers y ahora mismo el jugador se encuentra lesionado y sin equipo. Sin duda nos encontramos con el ejemplo de lo que podría haber sido y no fue. De un “gran” juguete roto que no parece se vaya a arreglar.
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