Reggie Miller, uno de los grandes tiradores de la historia
del baloncesto es noticia, ya que
próximamente ingresará en el Salón de la Fama. Su mecánica de tiro, sus 2.560
triples anotados en la NBA y su facilidad para anotar en los momentos calientes
de los partidos, le avalan perfectamente. Un claro ejemplo de jugador
resolutivo, nos lo mostró el día que fue capaz de anotar ocho puntos en menos
de diez segundos.
Pero antes de adentrarnos en esta historia en sí, conviene
hacer un poco de memoria:
A mediados de la década de los 90, la rivalidad entre dos de
los equipos que militan en la NBA vivió su momento más álgido. Los
enfrentamientos que disputaban New York
Knicks y Indiana Pacers hacían saltar
chispas. Sus partidos eran sinónimo de dureza, provocaciones, tánganas…
Uno de los episodios más espectaculares que se recuerdan,
ocurrió en el primer partido de las Semifinales de los Playoffs al titulo de la
temporada 94-95. New York e Indiana se vieron las caras tras derrotar en
primera ronda a Cleveland y Atlanta, respectivamente.
El Madison Square Garden de New York, presentaba un lleno
hasta la bandera. Todo estaba dispuesto para que New York consiguiera su
primera victoria como local, pero...
Partido tenso, en el que New York liderados por su estrella,
el pívot integrante del Dream Team Pat Ewing dejaban el partido casi
sentenciado (105-99) a falta tan sólo de 18,7 segundos.
Los jugadores de New York
celebraban en el banquillo la victoria. Todo el mundo daba el partido
por terminado… todos menos Reggie Miller. Como diría el gran Andrés Montes
llegó el “Tiempo de Miller, tiempo de killer”.
Miller nada más reanudarse el partido y en tan sólo dos
segundos anotaba un triple, dejando la ventaja en tan sólo tres puntos.
Con 16 segundos por disputarse y con tres puntos de ventaja
y balón en posesión, New York seguía siendo claro favorito a llevarse la
victoria. Pero nada más sacar de fondo New York perdía el balón que llegaba a
manos de Miller, a unos cuatro metros de canasta. En circunstancias normales
cualquier jugador habría conseguido una canasta fácil, pero Miller tuvo la
sangre fría de recular hacía la línea de tres y lanzar y anotar otro triple,
que dejaba las tablas en el marcador.
En tan sólo cinco segundos Miller había sido capaz de
empatar el partido y de dejar en un completo silencio el Madison Square Garden.
Los jugadores de New York habían entrado en estado de shock, no se creían lo
que les estaba pasando.
New York sacaba de nuevo de fondo y tras poner la pelota en
juego, Indiana cometía falta sobre John Starks, su base titular. Starks fue a la línea de
personal y con el brazo encogido no logró anotar ninguno de los dos
lanzamientos, dejando la última jugada del partido para Indiana.
Incomprensiblemente New York cortó la jugada haciendo falta
sobre Miller que no desaprovechó la oportunidad y anotando los dos tiros libres
ponía en ventaja en el marcador a Indiana. El final de partido de New York fue
esperpéntico, siendo éstos incapaces de lanzar a canasta en la última jugada.
Indiana ganó este primer partido (con 31 puntos de Reggie
Miller) y derrotó a New York en el séptimo partido de la serie, aunque caerían
derrotados en la final de la Conferencia Este ante los Orlando Magic de un
joven pívot que empezaba a despuntar en la Liga, Shaquille O´Neal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario