Qué lejos quedan aquellos Pistons de finales de los
80... Aquel equipo capaz de romper la hegemonía de los Lakers de Magic Johnson.
Un equipo aguerrido, duro (al límite de la legalidad), rocoso, que consiguió
ganar los anillos de los años 89 y 90. Jugadores de raza cómo Laimbeer, Mahorn
y Rodman unidos a jugones de la talla de Thomas, Dumars o Aguirre y entrenados
por el que a posteriori sería entrenador del Dream Team, Chuck Daly indicaron
el camino a la gloria a los Billups, Hamilton, Wallace y Cía., ganadores en el
año 2004 del último anillo de la franquicia. Otro equipo que basado en la
defensa llegó a derrotar a los Lakers del Big Four de Shaquille, Kobe, Malone y
Payton, claros favoritos al anillo.
Desde ese último anillo han pasado ya casi diez
años, de los cuales los cinco últimos han sido para olvidar. En las últimas
cuatro temporadas no ha sido ni siquiera capaz de clasificarse para los Playoffs
y viendo la presente campaña, la situación no parece que vaya a cambiar.
Los Pistons con un balance de 14 victorias y 22
derrotas se encuentran a día de hoy fuera de Playoffs. Esta pasada madrugada volvía a perder (de
manera estrepitosa) en la pista de Toronto Raptors, en la que es su sexta
derrota consecutiva.
Un equipo que a principios de temporada, con las
adquisiciones del base Brandon Jennings y del alero Josh Smith se las prometía
muy felices. Jugadores de calidad, unidos al escolta Rodney Stuckey, al
veterano Chauncey Billups (ganador con los Pistons del anillo del 2004) y un
Froncourt muy joven, poderoso y con margen de mejora, con Andre Drummond y Greg
Monroe a la cabeza, hacían prever que las 29 victorias del año pasado se
superarían holgadamente. La clasificación para los Playoffs debía de ser, como
mínimo, un objetivo asequible (sobre todo en la Conferencia Este).
Nada más lejos de la realidad. En la actualidad
podemos ver a un equipo triste, en el que su entrenador Maurice Cheeks parece
no dar con la tecla adecuada y en el que sobre todo Jennings está decepcionando
con unos malos porcentajes de tiro.
Joe Dumars, su actual General Manager, se enfrenta a
un mes clave. Debe decidir si da continuidad a este proyecto (sólo se
encuentran a medio partido para poder clasificarse para la Post temporada) o
decide mover fichas y buscar un traspaso que sirva de revulsivo.
Sea como fuere, nos encontramos ante una de las
grandes decepciones de la temporada.
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