Ricky ya no mira a la canasta. La que se lo ha dado
todo y le ha hecho feliz en multitud de ocasiones, se ha convertido ahora en
una auténtica pesadilla. Los problemas
con el tiro, que venía demostrando a lo largo de su carrera, se han acrecentado
en la temporada que debía ser la de su consolidación en la elite de la Liga.
En una entrevista realizada el pasado mes de Octubre
justo antes de comenzar la competición, intentaba sacudirse la presión: “No me
obsesiona el tiro”. Una presión que visto lo visto le ha ido comiendo poco a
poco la moral, llegando al punto de prácticamente, a día de hoy, no lanzar a
canasta.
En su tercer año, las prestaciones de Ricky están
siendo por debajo de lo esperado. Si
bien es el primero en la clasificación de la NBA en robos de balón, pierde
menos balones que en las dos temporadas anteriores y promedia más de 8
asistencias por partido, el paupérrimo
34% en lanzamientos decantan la balanza para la vertiente negativa.
El base del Masnou, sobre todo en los últimos
partidos, se le ve triste, apático, cómo si ese problema en el tiro no le deje
expresarse en su máxima expresión. El jugador ha cogido el peor de los caminos,
se ha encerrado en sí mismo y no ha sido capaz de ser el escudero de lujo del
jugador franquicia, Kevin Love.
Rubio no alcanza los nueve puntos de media jugando
casi de media treinta y dos minutos. Unos números muy pobres para lo que debe
aportar un base titular de un equipo NBA. Ricky, ha llegado a la conclusión,
que para no fallar lo mejor es no tirar. En el último partido ante Sacramento,
tan sólo realizó seis lanzamientos.
En Minnesota se han encendido las luces de alarma. Su
entrenador, Rick Adelman, que confiaba plenamente en Ricky está empezando a
tener dudas con él. Incluso los periodistas especializados locales ya se han
hecho eco de sus problemas con el tiro y se han escuchado las primeras críticas
hacia el jugador español.
Rubio debe cambiar de actitud y ganar en confianza si
quiere pasar de ser un base espectacular, a ser uno de los mejores bases de la
NBA. En sus manos estará que Minnesota sea equipo de Playoffs o no.
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