Una vez superado el primer tercio de la temporada en
la NBA, llega el momento de sacar las primeras conclusiones y poder analizar
que equipos llevan un inicio de temporada aciago y decepcionante (Knicks,
Brooklyn o Lakers) o que franquicias están siendo una grata sorpresa, superando
todas las expectativas creadas (Blazers,
Suns o incluso Raptors).
También se encuentran otro tipo de equipos que nos
dejan un poco indiferentes. Ni su temporada está siendo un auténtico fiasco, ni
han sido capaces de subir un escalafón en el juego respecto al año pasado.
Equipos que te dejan tibios, ni frio ni calor.
Dentro de estos equipos, destaca sobre todo uno en
el cual se esperaba que llegara a un nivel superior, Minnesota Timberwolves. Irregular
temporada, hasta el momento, de los Wolves con un balance de 16 victorias y 17
derrotas, a tres partidos del equipo que ocupa la última posición para entrar
en Playoffs (Dallas Mavericks).
Las predicciones respecto a Minnesota a principios
de temporada eran más optimistas de lo que han demostrado hasta ahora. Si bien
la marcha de Kirilenko y la retirada definitiva de Brandon Roy eran pérdidas
importantes, el regreso de su jugador estrella Kevin Love, junto a la
renovación del pívot Montenegrino Nikola Pekovic y la contratación del escolta
Kevin Martin hacían prever una temporada en la que Minnesota estaría cómo
mínimo dentro de los Playoffs.
Un primer mes de competición en el que el equipo
rayó a un gran nivel teniendo un balance favorable de victorias y derrotas,
tapó las carencias con las que realmente se encuentran los de Minnesota.
Teniendo un quinteto inicial en estado de gracia, con
el base del Masnou, Ricky Rubio liderando el equipo y lanzando más a canasta
que ahora, con el escolta Kevin Martin al que le entraba todo lo que tiraba, el
alero Corey Brewer jugando de tres con un punto de garra de más en defensa que
ahora, junto a un Kevin Love de nivel All Star y un center cómo Nikola Pekovic
sólido en la pintura, encubrían el gran mal del equipo dirigido por Rick
Adelman. Y éste no es otro que tras estos cinco buenos jugadores, cuando
Adelman tiene que mirar al banquillo para sustituirlos, no encuentra recambios
de garantías.
En cuanto ha ido avanzando la competición y el nivel
físico del quinteto titular se ha resentido, las derrotas han ido engordando el
casillero de los Timberwolves. Si bien Love y Pekovic han mantenido el tipo,
los malos porcentajes de tiro de Rubio y Martin, unidos a un inoperante Brewer
en ataque y una defensa más que blanda han alejado a los de Minnesota de su
objetivo.
El gran problema de Adelman, es que esos cinco
jugadores tienen que disputar muchos minutos, ya que muchas de las ventajas
adquiridas por éstos, son tiradas por la borda por los suplentes.
El único jugador que se salva de la quema saliendo
del banco, no es otro que el Portorriqueño J.J. Barea. El base (ganador de un
anillo con los Mavs) es el único anotador con cierta regularidad. Ahora bien es
un jugador que se suele tirar hasta las zapatillas (no sé si consciente del
bajo nivel del resto de sus compañeros en cancha), llegando a tener días muy
acertados, con otros para olvidar.
El problema radica en que jugadores cómo el ala-pívot
Dante Cunningham (con una buena temporada y media en Portland) y el escolta
ruso Alexey Shevd (tras una temporada de Rookie más que aceptable) están
rayando por debajo de su nivel.
Otro factor importante a tener en cuenta han sido
las bajas por lesión del pívot Francés Ronny Turiaf y el alero tirador Chase
Budinger, que han dejado más menguado el Roster de los Wolves.
Un ejemplo claro del pobre banquillo lo podemos
encontrar en el último partido disputado por los de Minnesota, en el cual el
único jugador que ha anotado ha sido el Portorriqueño J.J. Barea.
Si un equipo quiere aspirar a algo importante en la
Liga, debe tener fondo de armario. Preocupados por este hecho, los dirigentes intentaron
mover la plantilla traspasando nada más y nada menos que a todo un nº 2 del
Draft, el ala-pívot Derrick Williams a Sacramento, por el Camerunés Luc Mbah a
Moute, sin que haya dado (de momento) un resultado satisfactorio.
En definitiva, si estos Timberwolves quieren llegar
a la Postemporada, tendrán que hacer más movimientos en los despachos con el fin
de conseguir un banquillo más sólido, sino mucho me temo que las vacaciones les
llegaran anticipadamente.
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