Víctor Claver se ha despertado de golpe del sueño
americano. El jugador que disfrutó de muchos minutos de juego la pasada
temporada, ha visto cómo en la actual no llega ni a vestirse de corto,
quedándose en el banquillo vestido de calle.
Después de ganar el bronce en el Europeo con España
y tras una campaña bastante aceptable cómo
Rookie en unos Blazers que no alcanzaron los Playoffs, Claver aterrizaba en
Portland dispuesto a asentarse en la Liga.
El jugador elegido en la 1ª Ronda del Draft en el
año 2.009, había promediado casi cuatro puntos y poco más de dos rebotes en los
dieciséis minutos que dispuso de media en su primera temporada. Un Claver, no
nos olvidemos, fue capaz de salir de titular (16 partidos) en varios partidos y
que parecía contar con la confianza del entrenador, Terry Sotts. Lejos quedaban
sus escarceos en la D-League con los Idaho Stampede, un descenso al infierno
del cual el jugador de veintiséis años, salió airoso.
En su segunda temporada Víctor quería seguir
creciendo y convertirse en un jugador que, entrando en la segunda unidad del equipo,
llegará a ser importante. El problema de Claver ha sido que en Portland han
hecho muy bien el trabajo en los despachos, reforzando un banquillo muy pobre, joven
e inexperto. Hombres de la talla de Mou
Williams y sobretodo Dorrell Wright (ha adelantado a Claver en el roster) han
venido a sumar a un quinteto de gran calidad y que aglutina muchos minutos en
pista: Lillard, Matthews, Batum, Aldridge y Lopez.
Con la llegada de estos jugadores Claver ha quedado
en el olvido. Tan sólo ha jugado cuatro minutos en tres de los treinta y siete
partidos que han disputado los de Portland y lo cierto es que la situación del
equipo con el tercer mejor balance de la NBA (31 victorias y tan sólo diez
derrotas) y jugando francamente bien a baloncesto, no hace indicar que los
roles en el equipo vayan a cambiar.
“Esta oportunidad es única y no me voy a venir abajo
por no tener minutos. Todo esto me va a servir pase lo que pase”. Víctor, en sus palabras, parece no perder la
esperanza pero lo cierto es que si sigue sin jugar su tiempo en la NBA parece
tener fecha de caducidad. A esto último hay que sumar que el próximo verano hay
Mundial en España y si no juega, parece complicado que sea llamado por Juan
Antonio Orenga. Estos meses hasta final
de temporada serán claves para él. Veremos…
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