jueves, 6 de septiembre de 2012

El día en que Reggie Miller mandó callar a los aficionados de New York


Reggie Miller, uno de los grandes tiradores de la historia del baloncesto es noticia, ya  que próximamente ingresará en el Salón de la Fama. Su mecánica de tiro, sus 2.560 triples anotados en la NBA y su facilidad para anotar en los momentos calientes de los partidos, le avalan perfectamente. Un claro ejemplo de jugador resolutivo, nos lo mostró el día que fue capaz de anotar ocho puntos en menos de diez segundos.

Pero antes de adentrarnos en esta historia en sí, conviene hacer un poco de memoria:

A mediados de la década de los 90, la rivalidad entre dos de los equipos que militan en la NBA vivió su momento más álgido. Los enfrentamientos que disputaban  New York Knicks  y Indiana Pacers hacían saltar chispas. Sus partidos eran sinónimo de dureza, provocaciones, tánganas…

Uno de los episodios más espectaculares que se recuerdan, ocurrió en el primer partido de las Semifinales de los Playoffs al titulo de la temporada 94-95. New York e Indiana se vieron las caras tras derrotar en primera ronda a Cleveland y Atlanta, respectivamente.

El Madison Square Garden de New York, presentaba un lleno hasta la bandera. Todo estaba dispuesto para que New York consiguiera su primera victoria como local, pero...

Partido tenso, en el que New York liderados por su estrella, el pívot integrante del Dream Team Pat Ewing dejaban el partido casi sentenciado (105-99) a falta tan sólo de 18,7 segundos.

Los jugadores de New York  celebraban en el banquillo la victoria. Todo el mundo daba el partido por terminado… todos menos Reggie Miller. Como diría el gran Andrés Montes llegó el “Tiempo de Miller, tiempo de killer”.

Miller nada más reanudarse el partido y en tan sólo dos segundos anotaba un triple, dejando la ventaja en tan sólo tres puntos.

Con 16 segundos por disputarse y con tres puntos de ventaja y balón en posesión, New York seguía siendo claro favorito a llevarse la victoria. Pero nada más sacar de fondo New York perdía el balón que llegaba a manos de Miller, a unos cuatro metros de canasta. En circunstancias normales cualquier jugador habría conseguido una canasta fácil, pero Miller tuvo la sangre fría de recular hacía la línea de tres y lanzar y anotar otro triple, que dejaba las tablas en el marcador.

En tan sólo cinco segundos Miller había sido capaz de empatar el partido y de dejar en un completo silencio el Madison Square Garden. Los jugadores de New York habían entrado en estado de shock, no se creían lo que les estaba pasando.

New York sacaba de nuevo de fondo y tras poner la pelota en juego, Indiana cometía falta sobre John Starks,  su base titular. Starks fue a la línea de personal y con el brazo encogido no logró anotar ninguno de los dos lanzamientos, dejando la última jugada del partido para Indiana.

Incomprensiblemente New York cortó la jugada haciendo falta sobre Miller que no desaprovechó la oportunidad y anotando los dos tiros libres ponía en ventaja en el marcador a Indiana. El final de partido de New York fue esperpéntico, siendo éstos incapaces de lanzar a canasta en la última jugada.

Indiana ganó este primer partido (con 31 puntos de Reggie Miller) y derrotó a New York en el séptimo partido de la serie, aunque caerían derrotados en la final de la Conferencia Este ante los Orlando Magic de un joven pívot que empezaba a despuntar en la Liga, Shaquille O´Neal.

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